¡Pues no! Me quedan muy pocas dudas de que esta obra
procura las líneas y caminos que se van a recorrer en el futuro sin que nadie
pueda hacer nada por impedirlo. Un cambio, en bien de la sociedad y de la
humanidad, que servido por la conciencia social, ya se está dando más o menos
conscientemente desde las nuevas actitudes de las gentes que van conformando la
necesidad de ese cambio.
En pocos años, nada será como lo estamos viendo ahora.
No por ello, hay que estar a lo que hay que estar puesto que:
* Hay que ir preparando el camino
para andarlo despacio.
* Hay que programar las conciencias
ante lo inminente.
* Hemos de cambiar el sistema para
que pronto sea posible.
Mi amigo Xabier lo tiene muy claro y lo explica con una
sola frase. Una frase de pocas palabras, dicha como si fuera la expresión
perfecta de una provocación a la que nadie puede hacer frente.
- ¡En unos pocos años trabajará quien
quiera…!
Y se queda tan ancho detrás de esa voz que suena bajo.
Y pone una cara inocente para que nadie le suelte un
manotazo.
La primera vez que se le escucha entran ganas de no hacerle
caso y ni siquiera pensar ¿qué estará diciendo éste?
Yo creo que Xabier, después de haber observado y
reflexionado durante toda su vida sobre el mundo del trabajo, siendo según
fueran las circunstancias de su vida en cada época: empresario, trabajador,
parado y jubilado, también es capaz de defender su conclusión con una sola
pregunta como si no tuviera otra
Y lanza esa pregunta que no espera que nadie conteste:
-¿Quién se hubiera podido imaginar nada
más que hace cien años que podría haber personas a las que se les pagara una
cantidad cada mes para que pudieran vivir sin trabajar y que no
trabajaran…?
- ¡Y eso ahora se ve tan normal…!
Y vuelve a contestar.
Xabier ya no te deja ni respirar, sabe que si respiras le
vas a soltar de la misma letanía que le quieren hacer respirar a él de toda
vida de dios, los de siempre. Respuestas que ya lo tienen aburrido de tanto
esfuerzo como predican y de tanto quehacer, de hacer y deshacer.
- ¡Y ahora parte importante de la población
vive sin trabajar…!
- ¡Y algunos no han trabajado en su vida…!
- ¡Y llevan toda la vida cobrando…!
- ¡Hasta dos pagas tienen algunas
personas…!
- Y a todos nos parece tan normal…!
- ¡Hasta quien no tiene trabajo tiene un
salario de garantía…!
- Aunque con esta crisis se esté
reajustando todo…!
- Pero quedará una base desde la que volver
a empezar.
Parece como si no dijera nada y lo dice todo.
Xabier es un hombre pequeño y tranquilo, con esa
tranquilidad que dan los años y que permite no tener ni miedo ni respeto por
nada de lo que nos enseñaron que habíamos de temer y respetar.
Cuando te habla te mira a la cara y te persigue con su
mirada sin dejar que se escape la tuya hacia las musarañas y sigue diciendo sin
importarle qué puedas tú estar pensando, y como si en ese instante no hubiera
más razón que la suya:
- Si te pones a contar nada más que entre
la gente que tú conoces en tu alrededor, y buscas las personas que están:
jubiladas, prejubiladas, paradas, pensionadas, subvencionadas… ya te faltan
números para llegar a contarlas a todas… y que conste que a mí me parece bien…
porque son muchas las circunstancias por las que ya se ha llegado a que una
parte importante de la población esté en esas condiciones de no necesitar del
trabajo para vivir… y será más de una cuarta parte la que cobra del común sin
trabajar… y para qué te voy a decir lo contrario si soy uno de ellos.
Como no te queda otro remedio que aguantar lo que te dice,
le vas cogiendo el rollo de lo que explica y lo sigues sin darte cuenta de que
te está empezando a interesar lo que dice, y a la vez, empiezas a caer en una
realidad a la que estás tan acostumbrado que hasta ese momento te parece tan
normal que no le dabas importancia. Sí que es verdad que ya hay muchas personas
que cobran sin trabajar y que se admite más que con normalidad, como un derecho
de esas personas.
Y sigue diciendo:
- Y entre esa parte de la población que
vive sin trabajar y que dice para justificar lo que cobra que bastante trabajó
antes, aunque luego hay justificaciones de todo tipo porque nunca nadie trabajó
tanto como dice, te puedo asegurar, que hay algunas personas con una actividad
ociosa pero altruista y laboriosa, que hacen más cosas de valor y beneficio a
la sociedad que las que hicieron cuando trabajaban y les pagaban el sueldo con
el que pudieron llevar la sal a sus casas, y que a ellas, esta actividad ociosa
les produce más satisfacción personal que cuando se ganaban el pan con el sudor
de su frente y eso que era el pilar de su orgullo personal.
Y mi amigo Xabier no para de hablar, y te coge del brazo
para que le escuches más de cerca porque lo que te va a preguntar ahora es
importante aunque tampoco te va a dejar que le contestes.
- Además ¿para qué trabajar…? si son muy
pocas las personas que trabajan para algo que nos merezca la pena a los demás…
si en realidad todos trabajamos en el cuento sin hacer nada de fundamento para
el resto… nada que nos sirva a los demás para ser más felices… si la mayoría
nos hemos inventado un trabajo para hacer como que trabajamos… A ver… ¿tú en
qué trabajas… cultivas tomates…? ¿pues no ves…? ¡ya está…!
Y mientras tú estás todavía pensando en los tomates sigue:
- La gran mayoría de los trabajos son un
entretenimiento absurdo sin más obligación que meter horas peleando contra el aburrimiento. Y las personas que hacen
esos trabajos cobran aunque de nada sirva lo que hacen, porque la mayoría de
las veces son trabajos inútiles que nadie los ha pensado para que sirvieran de
algo… y que en el fondo su única utilidad es que alguien cobre… o sea que se
podrían pagar igual aunque no trabajaran… al menos así: no se darían
importancia ni molestarían.
Se calla y ya te deja decir y tú no puedes decir nada.
Solamente una pregunta te viene a la cabeza.
- Y entonces ¿qué hará la gente si no quiere
trabajar…?
- Pues qué va a hacer ababol…: trabajar.
- Trabajar en lo que le guste y no darle
más valor al trabajo que la satisfacción que le produce su trabajo… y trabajar
será para las personas inventarse una faena cada día, aunque algunas de esas
tareas tampoco sirvan para nada… pero al menos no se verá nadie en la
obligación de trabajar para tener otros derechos.
Pues sí que estamos bien: tanto rodeo para llegar al mismo
sitio.
- ¿Y quién va a hacer las cosas
necesarias…?
- Pues quien las va a hacer: quien lo ha
hecho siempre: la naturaleza que es capaz de abastecernos de todo lo que
necesitamos y que hay quien se ha apropiado de los recursos que tiene.
Por un momento parece enfadarse consigo mismo.
- ¿Es que estamos tontos…? ¿para qué están
las máquinas y las tecnologías…? ¡Pero si trabajando la mitad pueden producir
el doble de lo que necesitamos… que haya que explicarte a ti estas cosas…!
Le parece imposible tener que explicar ciertas cosas una vez
más.
- Que los tiempos van corriendo y la oferta
y la demanda en el mercado del trabajo, encontrará su punto de ajuste… y los
cambios llegarán y al trabajo… ese trabajo que
ahora se entiende como producto infinito que se puede devaluar en el
mercado llegará a perder todo su valor como mercancía… si ya no hay nada qué
hacer… que casi todo que había que hacer ya está hecho.
Lo cierto es que verdaderamente casi todo está hecho pero no obstante
preguntas para que no se quede sin gustar ninguna tajada:
- Y habrá para todos…?
- ¿Cómo no va a haber para todos si lo hay
hoy… a pesar de todo…? y sobre todo, habrá para los que ahora ni hay ni tienen.
¡Parece mentira que haya que explicarte a ti estas cosas…!
La verdad es que es difícil encontrar la razón de la idea
con raíces bardeneras de mi amigo, pero lo cierto es que en cuanto le doy un
par de vueltas encuentro una razón que se cae por su propio peso.
En el fondo y a largo plazo, aunque él no se lo crea estoy
de acuerdo con mi amigo Xabier no dice ninguna tontería sino que dice en poco
rato muchas cosas diferentes en las que pensar.