domingo, 30 de noviembre de 2014

El cálculo de las pensiones

Como a las autoridades económicas no les salen las cuentas, cada vez incide más en la idea de que para tener derecho a vivir sin trabajar los últimos años de la vida es necesario haber trabajado y cotizado lo bastante para poder tener derecho, mucho antes: un imposible.
       En los últimos años hemos vivido varios episodios de crisis y en los que ha habido miles de regularizaciones de empleo en uno y otro sector que se hacían un día sí y otro también, en cuanto le llegaban los aires de la crisis, y sin esperar a que se vertieran en vientos.
        Esos aprietos se aflojaron con triquiñuelas de inteligencia sindical y se les hizo frente, allí donde tenían poder, pasando a los trabajadores mayores de cincuenta años a la bolsa de jubilaciones anticipadas, con esquemas que han cambiado para cada crisis de una forma diferente.
       Así se ha construido una nueva clase social que supone una afrenta y una injusticia con todos aquellos que no tuvieron tanta fortuna y que no ven la manera de alcanzar su jubilación con plenos derechos.
       Incluso esa situación y circunstancia empeoran cada día.
       Los jubilados en la actualidad son los mejores pilares del sistema.  Aunque puedan protestar más o menos por pequeños detalles en cuanto a los acuerdos generales e inflexibles que tiene el sistema con ellos, saben que han tenido todas las de ganar y que las seguirán teniendo, y nunca los cuestionarán, y si acaso los reforzarán.
       Todos aquellos que tiene qué decir en esta cuestión utilizan las pensiones más pequeñas para hacer la demagogia necesaria pero querrán mantener este criterio por el que se refuerza la necesidad de trabajar para tener pensión y la necesidad de trabajar para poder pagarlas.
La idea de que cada cotizante se ha pagado más que lo suficiente por las pensiones que disfrutan es una idea equivocada. En realidad, en el sistema cada cotizante paga lo necesario para que cobren los que están jubilados en ese momento que es mucho menos de los que ellos cobrarán luego. Un buen negocio. Presento un esquema razonable de lo que puede ser la relación de lo que un trabajador ha cotizado durante toda su vida y lo que puede llegar a cobrar en su jubilación.
Datos  que se pueden variar a gusto de quien los quiera repasar.
 Edad de Jubilación:   63 años.
Años cotizados:         35 años.
Salario en euros constantes: 1.700.- euros mes.
Cotización constante contingencias al 25%: 450.- euros mes.
Total cotizado..... 175.000.- euros.
Años de cobro de jubilación:  22 años.
Pensión en euros constantes: 1.200.- euros mes.
Total a cobrar.....    320.000.- euros.
 
Este dato lo aporto únicamente para reforzar la idea de que quien no ha trabajado ni cotizado lo suficiente también tendría el mismo derecho a recibir la diferencia entre lo que los jubilados cotizaron y lo que van a cobrar y que el mérito para la jubilación: una jubilación digna, no tiene que ser únicamente por el trabajo realizado sino en función de tener una expectativa de vida y un derecho a vivir decorosamente.
      Podemos comprobar desde la prudencia que cada jubilado va a cobrar mucho más de lo que ha contribuido y han comprometido a sus nietos, para que sean ellos los que paguen la diferencia cuando hagan el reparto correspondiente respetando sus derechos adquiridos.
      Algunos jubilados todavía se hacen cuentas, de lo que pagaron aquellos de su generación que se murieron jóvenes y que dejaron sus cotizaciones  a beneficio del sistema y nunca cobraron la pensión. A lo mejor, sería de justicia que estas cotizaciones se las tuvieran que repartir entre ellos y que no las dejaran a beneficio del fondo común.
Sin embargo, estas páginas sencillas quiero hacer otras cuentas que en realidad no se las quiere hacer nadie porque descubren la trampa.
Pensionistas en la actualidad.....        9.000.000 pensiones.
Media aritmética en 25 años......       10.500.000 pensiones.
Media aritmética total pensiones....   120.000.- millones euros.
Total pensiones a pagar 25 años.......        Tres billones de euros.
Datos  que se pueden variar a gusto de quien los quiera repasar.
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Este sencillo cálculo de lo que representa la deuda comprometida a cuenta de las pensiones con un alcance de veinte o treinta años vista, una deuda pública que está consolidada desde diferentes acuerdos como un derecho que tiene consistencia y vigencia en el plazo largo, a día de hoy, esta es una cuenta que nunca se hace aunque debiera ser muy importante conocer su montante para tomar las decisiones sociales del presente y del futuro y entender lo paco razonable es pesar que en el futuro se pueden mantener proporcionales al trabajo.
 
Producto interior bruto:   100%
Endeudamiento total publico y privado:  285%
Endeudamiento del Estado:             101%
Endeudamiento de las empresas:    119%
Endeudamiento de las familias:        65%
Endeudamiento jubilaciones:          300%
La variación proporcional de estos datos año a año  no cambian.
Imaginemos que el pago de la deuda la pudiéramos amortizar en los próximos veinticinco años. Es fácil de prever que tanto las empresas como el Estado una parte de esta deuda declarada la refinanciaran y al menos la mitad de ella la mantendrán como una deuda fija renovada al infinito y sin lugar a dudas dentro de veinticinco todavía deberán más.
        Siendo así esta realidad, y sabiendo que pagar esta la deuda es lo que nos ha puesto en jaque en los últimos años y ha abierto las fauces de la crisis y con la que nos recuerdan a todos el deber de trabajar más por menos, cómo va a ser posible pagar el resto de las deudas.
       Sin embargo, la deuda que corresponde pagar a la población en estos veinticinco años sin carencia de ninguna clase se tendrá que pagar al cien por cien. Esta deuda de las familias, dentro de veinticinco años aunque sea la misma en volumen será de otras familias. Esta deuda es la deuda por la que la población va a tener que trabajar más y más porque no la va a poder pagar más que con su trabajo y sin ninguna ayuda ni de inflaciones ni devaluaciones.
        Por últimos vemos que también se puede calcular de las pensiones como una deuda que asciende a tres billones de Euros. Significa tres veces el producto interior bruto y más que todas las deudas de todos los ámbitos y que no se va a pagar de otra manera que con el trabajo de la población que cotice para pagarlas en un medio en el que además el valor económico del trabajo: estiman que será más bajo.
         Es la única deuda que se ha de pagar mes a mes y sin posibilidad de retrasarla y sin poder buscar una quita ni una suspensión de pago.
         Puede parecer un tanto extraño pero en realidad es el sistema y los adláteres del sistema, los defensores de que las jubilaciones tal y como están concebidas en la actualidad se mantengan y que incluso si hay que menguarlas que sea lo mínimo posible.
         Dos datos para comprobar que es así.
         ·        Se paguen más o menos siempre se van a pagar desde la renta que le corresponde al factor trabajo.
         De hecho la discusión se da en qué periodos son los necesarios para cotizar que vuelve a ser una pelea entre trabajadores y en todo caso un premio a aquellos que más han trabajado que sin lugar a dudas vuelve a reformar la obligación a trabajar.
         ·        Cuanto más se pague, más trabajo va a ser necesario en el futuro y permanentemente y más escasas van a ser en la práctica
         Puesto que hay veces que se llega a pensar que la pensión la paga el Estado o quien está gobernando en cada momento, la acción comercial de compra venta de votos y voluntades se soporta en gran medida en las pensiones, creo que hay que recordar en este momento que las pensiones las pagan quienes están trabajando.
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       Yo espero algún día vivir de mi pensión, soy autónomo y cotizo en la base mínima de cotización y espero tener el día que llegue a cobrar una pensión digna que no haga trabajar a nadie más de la cuenta. En los últimos años, he visto cómo de manera muy egoísta, trabajadores autónomos y por cuenta ajena, han subido sus cotizaciones durante los últimos años laborales para mejorar la cuantía de sus pensiones.
       Una actitud miserable:
       Incluso jubilado hay quien piensa en ser y tener más que nadie.
        Nunca pensaron en que su jubilación la tenía que pagar las generaciones venideras: sus hijos y sus nietos.
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