domingo, 9 de junio de 2013

Las empresas

 
Si importante es el trabajo como elemento tractor que transmite el movimiento a todos los factores de la actividad económica, la empresa es el espacio en el que se mueven y pelean todas las afecciones que representan a estos factores que soportan el sistema.
El propio sistema en ocasiones se denomina de Libre Empresa.

Cómo se entroncan los factores económicos en la empresa.
·         Tierra.
La imperiosa necesidad de inmuebles que se soportan con rentas o hipotecas, muchas veces sin valorar adecuadamente ni su necesidad ni su coste, es el espacio físico en el que se establece la activad de la empresa. Dentro de este concepto también se debe incluir a otros grandes inmovilizados. La satisfacción de esta necesidad suele tener una importancia, transcendencia y coste definitivo para la actividad empresarial. En las últimas décadas para dar viabilidad a estas inversiones se han puesto en práctica fórmulas de ingeniería financiera se ha retorcido el derecho civil hasta hacerlo incivil.
Este componente que en la actualidad está soportado de una u otra forma por grandes las corporaciones financieras, tiene leyes que lo protegen en cuanto a: los contratos de arrendamientos, leasings, hipotecas, en lo que respecta a su resolución o impago y en muchas ocasiones es determinante para la viabilidad de cualquier Empresa.
·         Capital.
Posiblemente porque quien tuviera abundante capital nunca montaría una empresa, hay una costumbre de crear empresas que desde el primer minuto están descapitalizadas. La ley lo permite y es muy habitual encontrarse con empresas que nacen ya quebradas y que hasta sus primeras pérdidas las han de compensar con créditos.
La financiación básica de las empresas, en sus primeros años, no se realiza con capital sino con préstamos que se consiguen como se pueden si se han aportados suficientes avales personales y casi las más de las veces a corto plazo. Si se aguantan las primeras olas y ha pasado suficiente tiempo, entonces es el crédito más amplio y a largo plazo. El sistema financiero esquilma sin piedad a las empresas sobre todo en aquellos momentos de mayor dificultad.
·         Trabajo.
No puede haber empresa sin trabajo. Y aunque el trabajo trata de vivir en un ambiente de avenencia y de navegar en el mismo barco que la empresa, por el bien de ambos, la realidad es que el mundo del trabajo en la empresa, se convierte en un problema esquizofrénico en el que se puede plantear cada día cualquier ecuación irresoluble en medio de una pelea inagotable a la que han llamado lucha de clases.
·         Gestión.
La capacidad de Gestión en todas las facetas necesarias para el buen desarrollo de la actividad empresarial, si no es por sus propios medios sí por asesores externos, se supone como la cualidad más importante de la que se reviste la Empresa.
Nada más lejos de la realidad hasta en las cosas más importantes.
Esta necesidad de gestionar a todos los niveles y en todas las direcciones no pasa de ser satisfecha con actitudes de emoción e ilusionismo, de presunción e ignorancia.
Por ello puedo decir sin temor a equivocarme que es tan escasa la capacidad de gestión que se tiene en las empresas más comunes, que visto que el beneficio le corresponde a su capacidad de gestión casi todas ellas están de pérdidas.
·         Y el Estado.
Para el Estado las empresas resultan un negocio redondo por lo que supone de impuestos con los que han de aliviar sus arcas, si no por los impuestos que le corresponden directamente sí por los que debe de recaudar en su actividad y de sus trabajadores.
El Estado también utiliza la plataforma que suponen las empresas en su quehacer diario y con su burocracia, y las utiliza para que soporte la logística de cualquier iniciativa legislativa que no sabe cómo vehicular con sus propios medios y las obliga a ponerse a su servicio sin posibilidad de réplica.
El Estado es capaz de conseguir que una empresa tenga mayores problemas y tribulaciones en su relación con la administración y con las obligaciones con carácter prioritario que le impone, algunas veces de la noche a la mañana, que con los problemas comunes de su actividad que pueden quedar en un segundo plano.
Todos estos intereses se baten sin respetarse en este espacio ficticio que es la Empresa y desde ese punto cada día hace que se active la economía. La empresa además se tiene que hacer cargo de todo lo que pasa a su alrededor sea por la causa que sea y se ve rodeada por una infinidad tan grande de leyes normas y obligaciones que ni el más listo de la clase podría saberlas todas.
 


Como consecuencia del trabajo que he realizado a lo largo de mi vida he conocido muchas empresas por dentro. Grandes y pequeñas. Solventes y quebradas. Con inteligencia y buen hacer o dirigidas desde la estupidez y el desconocimiento. Artesanas y vanguardistas. La única virtud que he encontrado en todas ellas es que a trancas y barrancas han ido alimentando algunos puestos de trabajo. Al menos reconozco que son el medio de vida de muchas gentes y familias, incluidos quienes las dirigen, que de otra manera, si alguien tuviera que contratar a ellos mismos para trabajar, lo tendrían muy difícil.
Desde hace muchos años siempre he mantenido la idea de que una empresa es una partida de póker que a fuerza de alcohol y tabaco hace una apuesta tras otra mientras está viva y se puede defender en el mercado. Cuando se crea una nueva Empresa se hace la primera apuesta y casi siempre se pierde. Sin embargo, se apela a la mala suerte y de una manera u otra se hace sus cuentas para convencerse de su viabilidad y vuelve a apostar el doble en una nueva partida. Así una y otra vez siempre pensando recuperar lo puesto y lo perdido con anterioridad. Pasan muchas partidas hasta que se es consciente de que se está jugando a doble o nada. En algunas partidas se gana y entonces la euforia lleva a cometer las grandes locuras porque se llega a pensar que por fin se le ha encontrado el tranquillo y que se le pueda ganar a la baraja y no hay manera de levantarse de la mesa.
Al final se comprueba que en la partida los demás son tahúres.
Cuando en la primera apuesta se gana entonces la cosa puede ser mucho peor porque entonces ya todo parece fácil y la Empresa se convierte en un ente fantástico e irreal en el que cualquier proyecto por descabellado que sea tiene cabida.
Conozco muchas tragedias que nacieron del éxito.
Hay algunas personas que se montan empresas con las ideas más descabelladas que se pueden imaginar. Los medios, las noticias, para animar a los emprendedores, anuncian a bombo y platillo que cualquier idea puede ser válida para hacer negocio y que nada es imposible si se aplica el suficiente esfuerzo e imaginación.
Se puede admitir socialmente cuando estas empresas innovadoras tienen éxito y producen algo útil, pero no siempre es así, porque la mayoría de estos inventos están destinados a producir productos y servicios que no tienen ningún valor para la humanidad. .
No obstante todas tratan por todos los medios que sus productos, pasen a formar parte de las necesidades cotidianas de la sociedad aunque humanamente no sirvan para nada.
En las últimas décadas son muy pocos los que han servido para algo.
Cuando oigo que se han cerrado no sé cuántas mil empresas, me invade una sensación agridulce, puesto que entiendo cuáles son sus consecuencias negativas, pero a la par, pienso en cuántas personas por fin han dejado de sufrir y de alimentar un sistema en el que la empresa es el engranaje en el que pivota toda la maquinaria y que tiene la responsabilidad de hacer ver la necesidad del trabajo y de justificar el trabajo como único medio de hacer rodar al sistema.
En nuestros días, sin embargo, nadie puede negar salvo desde el desconocimiento más descomunal que la mayoría de las empresas que se inician, fracasan en su empeño nada más empezar, y en el fracaso lo que hacen es, a pesar de haber entregado a ellas mucho trabajo, dejar un montón de tierra quemada en todas las direcciones.
Más adelante el noventa por ciento de las empresas que se inician a los pocos años están cerradas habiendo dejado muchas secuelas entre todas las gentes que de una u otra manera con ella colaboraron.
Estos son datos que se silencian para que conociendo la realidad quien se inicia no vea quemadas sus ilusiones antes de empezar.
Pero mientras tanto ha alimentado los otros factores del sistema.
Por eso el sistema trata por todos lo medios que inicien empresas.
El cierre de la empresa es uno más de la serie que contempla el fracaso y sin duda que con el cierre de una hay otra que se beneficia.
       Un enemigo menos.