La división del trabajo y la productividad
interpretada desde los intereses que mueve la economía y la filosofía del
sistema, han ido diseñando con el paso de los tiempos los distintos sectores de
actividad productiva y los diferentes trabajos con los que nos encontramos.
Para esta obra he modificado un tanto la visión más
académica y la he resuelto conformando seis bloques en el que el mundo del
trabajo y de la actividad económica personal y colectiva tiene distintas planes,
cualidades y particularidades
El llamado sector primario:
Es la más antigua de las actividades humanas. Se
inició con la agricultura y la ganadería y en la actualidad son todas aquellas acciones
que han tratado de modificar la disposición de la materia en la superficie de
la tierra incluso extrayéndola de sus entrañas.
Hasta hace unos pocos años, con la aparición de la
industria la población rural alentada por las promesas de una vida mejor en las
zonas urbanas, alentó que gentes de todas las edades salieran empujadas por el
hambre y la miseria de las zonas en las que la tierra era la única forma de
riqueza, que paradójicamente era propiedad de quienes no la trabajaban, Esta
realidad todavía no la ha admitido la madre naturaleza.
La población que ha quedado activa en el sector
primario se resiste a abandonarlo y resiste mientras les dura la vida, pero la
capacidad para trasladar toneladas de cualquier producto de una punta a otra de
la tierra, sin reparar en costes y que permite que las producciones se hagan
allá donde sin entrar a valorar sus razones porque el producto es mejor y más
barato, lleva años encogiendo el sector.
Paradójicamente se ha considerado un éxito económico,
que como consecuencia de la maquinaria tractora y los avances químicos y
biológicos, el trabajo en este sector se haya visto reducido y abandonado en
las últimas décadas por una cuestión de costes y que además haya creado
problemas de abundancia.
Este era el sector en el que desde tiempos
inmemoriales, la nobleza, los guerreros y los sacerdotes se apropiaban de una
parte para alimentar su subsistencia y sus arcas de poder. En la actualidad es
un sector que está absolutamente subvencionado para que pueda subsistir
llegando al punto de que el trabajo que se hace ya no vale nada.
Dicen que para que no suban los precios.
Otra mentira más.
Desenredarla necesitaba de muchas páginas.
El sector de los servicios.
Le llaman el terciario pero es un poco más que el
primario.
Un sector que está dinamizado por la iniciativa
privada y crece cada día, alentado por ese empuje que alimenta el sistema en
una pelea incansable entre grandes y pequeños en todos los rincones.
Es un sector en que por las características de que el
producto es el propio servicio en su composición participa principalmente el
trabajo la gran mayoría de las veces poco cualificado y de escasos conocimientos
aunque necesite de inversiones y logística.
Vienen a representar los servicios para hacernos la
vida más fácil, pero en la necesidad de inventarse trabajos y servicios se ha
llegado a un punto en el que los servicios que se ofrecen en su gran mayoría no
sirven para nada y los que sirven y son necesarios se escatiman.
Este sector está muy influenciado por la presencia de la
mujer y del trabajo de la mujer y con todos los condicionantes que conlleva su
participación: salarios bajos, sumisión y disciplina e interminables horas de
trabajo en cualquier momento y ocasión.
El sector industrial y de producción:
Dicen que es la base de la economía: aquella que le da
asiento y estabilidad. Todos los objetivos políticos económicos y sociales se
plantean tener una red industrial con valor añadido en este sector llamado
secundario que es el que crea un empleo más estable.
El mundo que en la actualidad conocemos en gran medida
es producto de la revolución y del crecimiento de este sector que ha procurado
un crecimiento de la producción de bienes de todas las clases y que se ha
convertido en el motor de la rueda del consumo.
Desde el comienzo de la civilización hasta la
revolución industrial, en el vientre de la sociedad, trabajando duramente,
podía producir poco más de lo imprescindible para su propia subsistencia y la
de sus estructuras, trabajando mujeres niños y ancianos posibilitados, ahora
con el crecimiento y el gran aumento de la productividad en este sector en el
que se puede producir mil veces más que lo que la propia necesidad podría
necesitar.
Trabajar en las grandes empresas industriales es un
privilegio de quienes están trabajando tienen mejores jornales y las fuerzas
sindicales tienen una mayor fuerza en la defensa de sus intereses lo que hace
que el trabajo sea considerado de otra manera.
Las instituciones políticas están siempre pendientes
de que a estas empresas industriales no les coja ni un mal resfriado.
El sector interventor y burocrático:
Es un sector que ha crecido pero que se ha
desarrollado como si fuera una hiedra y ha logrado llegar e introducirse en
todos los rincones de la sociedad.
Su peso más importante está en manos del Estado.
Llegar a entrar en el aparato necesita de estudios y
pruebas muy concretas para las que una parte importante de la población se pasa
años de su vida preparándose y luego les confiere un carácter que es muy difícil
de dibujar.
Son trabajos en los que la actividad es mínima y tiene
significativos derechos y prebendas reconocidos.
Los que nos vigilan y controlan, nos administran y
gestionan.
El sector gestor y político.
Es un sector que ha crecido desmesuradamente en las
últimas décadas. La causa de su desarrollo mastodóntico no ha sido por causas
democráticas y sociales como se quiere hacer ver, sino para arrancar desde las
ramas más altas de la organización social cualquier raíz que haya quedado
agarrada a la democracia.
Una parte importante de la población aspira a tener el
trabajo es este sector que se ocupa de la cosa pública, aunque no sepa qué hacer ni cómo hacerlo, que es lo más propio y
genial. Para esta clase de trabajo no se requiere el conocimiento del trabajo
que ha de hacer el trabajador, solamente es preciso saber hablar sin decir nada
y explicar las cosas persuasivamente tratando de que se confunda la demagogia
con la propaganda y se mienta con sinceridad.
Aunque muchas veces el mérito está en estar callado.
Esta tarea es agradable y bien pagada.
Este sector es susceptible de extenderse
indefinidamente: no sólo están los que dan órdenes, sino también los que dan
consejos a cerca de qué órdenes deben darse y quienes aplauden y jalean a los
que dan órdenes y a los que dan consejos para dar órdenes.
Desde las democracias occidentales este sector se ha
repartido en dos grupos que ante cualquier problema dan dos clases opuestas de
soluciones: los unos y los contrarios.
El sector que parasita.
Una clase de población que no trabaja y sin embargo se
queja.
Es un sector muy importante que además es el más
respetado entre las gentes merced a su posición a sus derechos y propiedades.
No aportan trabajo al sistema pero se les remunera con rentas e intereses que otros
pagan para ellos. Tienen un cúmulo de derechos económicos y propiedades, por lo que se supone trabajaron ellos o sus
ascendientes en pasados años que exige que otros trabajen con lo que es o fue
suyo o con sus dineros y que a su vez a ellos se les permita vivir sin
trabajar.
Este escalado no es inocente.
En cada uno de sus peldaños hay una gente concreta.
La población sabe que si tienen un propósito de crecer
personal, social y económicamente no lo puede hacer dentro del sector al que
pertenece, que ya lo conoce y sabe de sus posibilidades sino saltando al
peldaño siguiente.
En el subconsciente social se reconstruye más o menos este
escalado y la pertenencia a uno de ellos marca el inicio de la escalada cuando
ya desde niños sus padres los empiezan a educar para que de mayores trabajen de
ministros. Cuando se demuestra que ninguno de ellos llegará a ministro y
entonces tienen que elegir entre los diferentes peldaños a los que pueden subir
cuando sean mayores.
Puede parecer una
exageración, pero es muy posible que el mayor enemigo de los trabajadores sean
los propios trabajadores. En pocas ocasiones, según a que sector pertenezcan,
se identifican los unos con los otros, muchas veces ni siquiera de palabra.
Siempre hay una
disputa de derechos y privilegios de los unos sobre los otros aunque estén tan
solapados y ocultos que muchas veces ellos los desconocen.
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